La llegada


Iniciamos pensando en el sexo, tamaño, edad, raza, nombre, y estilo de vida de nosotros para que encaje y así cumplir también con las necesidades del perrito. Lo hicimos empezando enero y nos enamoramos de la foto de dos pomeranias blancas hermanitas, preparamos todo para su llegada: camita, alimento, recipiente agua y alimento, cobija, juguetes, tapete orina, lo básico para sentirse cómoda. 

La elección de la cama es importante ya que la tuve que cambiar después, ya que Blanquita iba a tener mucho pelo y una cama peluda no iba a ser confortable para ella.

Cuando la recibí en mis brazos, fue una sensación increíble, era una pequeñita bola de pelos blancos, perezosa, adormecida, consentida, sentí que la debía cuidar y darle todo mi amor, se me despertó un sentido de protección que no había sentido antes. Tuve la certeza de un nuevo amor, auténtico y sin condiciones, sentí un vínculo enorme desde el principio, y eso me motivó mucho para seguir adelante cada vez que se presentaba una dificultad.

Llegó envuelta en una cobijita de flores pequeña que conserva hasta ahora pues tenía el olor de dónde venía y es importante para que se calme en su nuevo hogar.


Todos los derechos de autor reservados ©

CONVERSATION

3 Comments:

  1. Caro te felicito por estos escritos. Me han gustado mucho

    ResponderEliminar
  2. Gracias por leerme y comentar, te invito a seguirme en esta aventura, me alegro mucho que te gustaran mis escritos, son desde el fondo de mi ser...un abrazote

    ResponderEliminar