El Tunelero
Tú a mi lado,
Cada día es un puñado de estrellas y de alegría
Todavía dudo de esta buena suerte
Porque tengo el cielo y me parece fantasía.
No siempre he entendido mis culpas y mis fracasos
Siempre en tus brazos el mundo adquiere sentido.
Te amo porque eres mi amor, mi cómplice, y tu llegada hace mágico el futuro.
Capítulo 1 - Increíblemente tú
Un día como cualquier otro, estaba yo entre mis pensamientos y fantasías (así son todos mis días), cuando entre colores y sabores, me aterriza un sonido familiar, el particular ringtone de mi celular, estiro el brazo sin moverme de mi sitio y con la yema de los dedos alcanzo el teléfono; contesto sin percatarme de quien es, del otro lado una voz me habla, me ofrece realizar una labor que desde hace mucho buscaba, y por fin, cuando menos lo esperaba, la oportunidad se me aparece. Recorro los mismos caminos nuevamente, desde otra perspectiva miro hacia atrás para ver lo que he logrado y hasta dónde he llegado, como otra vez estoy en el mismo lugar como si la vida quisiera que estuviera allí, por más que huyera de la montaña, la montaña volvía a mí una y otra vez, así le diera la espalda, la negara, la rechazara de nuevo estoy allí.
No sería una Charryaventura de otra manera, nos conocimos en una obra, en un campamento en medio de situaciones extraordinarias como mis Charryaventuras, volví a ese lugar, tenía que estar allí para poderte conocer, el que busca encuentra y yo quería encontrarte de la manera que ahora te tengo, y admito que ha sido mejor de lo que pensé.
El día que llegaste a la obra, inmediatamente me llamaste la atención: alto, delgado, de cabellos grises, sonrisa encantadora, manos fuertes y grandes, ese caminar tan seguro, esa voz tan imponente, tenía que preguntar quién eras a pesar de todas las distancias que había al principio, nunca pensé que con el pasar del tiempo en verdad me prestaras la atención que yo quería. Realmente me ponías tan nerviosa que ni sabía que decirte, simplemente me acercaba con pequeñas conversaciones cotidianas para intentar hacerte saber que yo estaba ahí para ti, aunque fuera como una compañía en medio de tus soledades en la obra y en la ciudad en la que ahora tienes una vida.
Como un espectador te observaba desde lejos muchas veces, y durante meses imaginaba como sería compartir contigo un café, un cigarrillo, y simplemente conversar, conocerte, hacerte sentir acompañado tal vez sin esperar nada o esperándolo todo, había algo en ti que me hacía sonreír, latir mi corazón más rápido que mi acostumbrada taquicardia y sobre todo hacerme buscar lo que quería encontrar.
Y muchas veces yo estaba por ahí, en ese lugar junto a mucha gente, y junto a ti, me encontraba en esa vía a la fuente del poder hacerlo todo, llena de libertad, de agasajo, de un ímpetu tal que huyera y no volviera hasta que estuviera lista. ¿Lista para qué? En ese momento no lo sabía, solo podía hablar, moverme hasta cansarme de manera que me detuviera por unos instantes, que servían para tomar un respiro y seguir tratando de observarte con detenimiento, de escucharte hasta que tu voz se quedara en mí, y pensar en un montón de actos de poder alcanzarlo, de alcanzarte.
Todo el espacio de tiempo pareció solo un instante que me sacudió para que todo tu ser, todo lo que yo pude captar de ti volara sobre mí, para recordarme que algo habías hecho, como para que la bruma andante me persiguiera recordándote, tu voz, tu mirada, tu toque indescriptible, que ahora está acá, diciéndome que escribir de ti.
Eres tú, increíblemente tú, el que ahora me va a poner a transitar por donde siempre he querido, y por donde nunca lo he hecho realmente, porque las otras ocasiones me encontraba sola construyendo eventos soñados, eventos que hacen al alma grande, elevándose tan alto hasta olvidarlo todo, olvidar lo que fui antes, lo inestable que eran mis lazos, que cada vez quiero que se hagan más fuertes para que al fin estés al frente de mi universo, de mis vías de pensamientos que recorren todo ese espacio de mí, para hacerme sentir que la realidad es otra, que había algo más allá que si existía y que me estaba esperando, ¿necesitándome?.
Nuestro antes no creo que haya sido tan diferente, solo que vivimos los momentos de manera que de algún modo buscaran esa esencia que nos llenase de dos... de lo que ahora somos tu y yo.
Pasaron 4 meses y solo habíamos logrado tener conversaciones de pasillo, momentáneas, casuales, hasta que un día me armé de valor, te pregunté qué harías el fin de semana que estuvieras en descanso y si te gustaría tomar algo conmigo, ¡dijiste que sí!, me pediste el número celular y quedaste de llamarme al otro día. A decir la verdad no creía que llamaras, más sin embargo me dispuse a salir sin esperar nada, andaba relajada cenando, tomando cervecita con una prima, y… ¡llamaste!, sorprendida al escuchar tu voz, no entendía bien lo que me decías, el idioma no ayudaba mucho, ese portuñol había que descifrarlo, fui a tu encuentro acompañada y compartimos un buen rato, logré conocer otro lado de ti diferente al laboral, encontré que teníamos mucho en común, y que me encantaría tenerte cerca. Al visitar otro sitio esa misma noche me manifestaste que te gustaría tomarme de la mano, yo acepté con complacencia, desde ese momento dejé de sentirme sola, para volver a sentir el calor de una mano con la mía, para volver a sentir la cercanía de alguien, sentir que mi vida tomaba el curso que tanto necesitaba. A pesar que estábamos acompañados eso no impidió acercarnos y confesarnos tantas cosas que sentíamos desde que nos vimos por primera vez a lo lejos.
Como trabajábamos juntos había que ser cautelosos, era difícil vernos a lo lejos o contener un beso, un abrazo, una caricia en medio del ambiente laboral (aún es difícil), más sin embargo nos las arreglábamos, ibas a mi oficina a saludarme, a verme, a darme motivaciones para quererte más todos los días, yo iba a la obra y aprovechaba cualquier ratico para verte y compartir lo poco que se podía, pero cuando se llegaba el día de descanso era el momento perfecto para ambos y pasarla juntos de la manera que queríamos y necesitábamos, nos volvimos inseparables.
Se había llegado el día de la primera cita oficial, no había estado así de nerviosa desde hace años, en muchos aspectos ha sido una experiencia nueva para mí y ha abierto todos mis sentidos a lo increíble, a creer que si es posible lo que creía imposible; tienes la capacidad de hacerme sentir la persona más especial, son esos pequeños detalles que te hacen grande, te hacen increíblemente tú. Hace tiempo no me percataba de una mirada así, ojos brillantes y expresivos apenas te ven, tus ojos directo a los míos, prestándome toda su atención como si no existiese nadie más en ese momento, no me había percatado lo bien que se siente que te miren así, esa mirada envolvente que no te deja ir y que te invita a perderte en ella por un instante. Esos ojos dulces que sin decir nada te hacen creer que todo puede ser posible, esos ojos tan vivos, tan chispeantes que hacen que te despiertes de ese estado enajenado en el que vives desde que estás en ese sórdido lugar. Esa mirada te está dando esa serenidad que te hacía falta en medio de ese Valle de soledades.
Todavía me pregunto cómo haces tanta diferencia en mi vida, tu llegada hace mágico el futuro, el solo hecho de saber que estás aquí, allí o en cualquier lado, pensándome, queriéndome, y haciéndome parte de tu vida hace que siempre en tus brazos el mundo adquiera sentido, ese sentido que estaba perdido entre el trabajo, y esos inaportantes momentos pasajeros y vacíos.
Han pasado los días…el mar, el cielo, y otros caminos me han traído recuerdos de otros tiempos. No sólo imágenes: también voces, largos silencios y momentos de otros días. No te has imaginado el tiempo que por ti he esperado, pero vivir estos 2 meses contigo han consistido en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar donde quisiera estar, estás entre el mar y yo. Mis ojos encuentran tus ojos, y veo en ellos todo lo que siempre he querido. Hemos tenido solo buenos momentos y en los que has estado presente te agradezco por eso, me has enseñado a pelear por lo que se quiere y defender lo que se piensa, te admiro por eso y por muchas cosas más, te quiero por eso y por muchas otras cosas más.
Pues nos hacemos más grandes cuando compartimos todo lo que somos con alguien que quieres, ya no hay necesidad de encerrar u ocultarte entre los pensamientos y acciones que creí no hacer por nadie, ya todo llega a significar mucho cuando hay algo tan fuerte que hace que se manifieste.
Ya en mi universo estamos dos para enfrentarlo todo juntos, librar batallas que se hacen más sobre llevables junto a alguien que me hace parte de su vida, parte de sus abrazos y besos, parte de los caminos provechosos que hay que seguir, siempre habrá alguno donde solo uno de los dos quiere llegar, pero esos son los más difíciles de recorrer y por los que hay que luchar.
Esta realidad aun no deja salir al encuentro de nuestros sueños para decirnos que jamás perdimos el escudo necesario para enfrentar dragones, que hay voltaje de fuegos azulados, que ondulan entre nosotros ahora mismo, la intuición nos susurra: “no eres polvo, eres magia”, tú eres magia que poco a poco ha curado mi alma, que ha tenido tantos tropiezos, me alejas de los miedos que me asechaban, haces que yo posea un brillo en mis ojos, en mi sonrisa, en mis palabras.
Capítulo 2 - El inicio de una increíble relación
Después de la primera cita oficial nos convertimos en inseparables, disfrutaba de tu encantadora compañía, de tus entretenidas historias, estaba fascinada conociéndote y dejando que abrieras ante mí tu vida, tus sentimientos, tus sueños, tu pasado, tu presente y ahora tu futuro conmigo. Yo llevaba tanto tiempo sola que me costó mucho al principio abrirme de la manera que tú lo hacías, me dediqué al principio a escucharte y a interiorizar lo valioso que eres, apreciando que merecías también de mi parte la transparencia y apertura que esperabas para construir una relación.
Contigo quiero concentrar todas mis energías, mis hiperactividades, mi atención, mis miradas, mis manos, mis besos, mis abrazos, mis pensamientos (buenos, pulcros, malos y perversos), mi interior, mis tonterías, y las demás que valen la pena, animarte, hacerte reír, hacerte sentir mejor, escucharte, ayudarte, en las que sea para las que sea.
¡Y esta, ahora es mi realidad, nuestra realidad!
Parece tan irreal, no creí que existiera tanta calma, tanta seguridad y tanto bienestar al mismo tiempo.
En esta realidad puedo decir, sentir y transmitir que soy feliz, soy feliz porque así lo vivo y lo siento, estamos construyendo la vida que necesito y siempre soñé, y que sola no había tenido la motivación de hacerlo, porque ahora junto a ti, mi esposo me siento invencible y con las fuerzas de emprender esta aventura de la vida para adelante, sin dejar de ser yo misma o abandonar mis creencias, mis pasiones y mis sueños, porque juntos los estamos alcanzando, llenando un vacío que la soledad y uno mismo no llenan.
Ahora y desde hace 1 año ya que decidimos compartir nuestras vidas te doy las gracias por todo lo que me has brindado con tu presencia, tu corazón, tus detalles, tus brazos, tus manos, tus besos, tus abrazos, tu sonrisa, tu enigmática energía, tu calidez, tu generosidad, tu calma, tu sabiduría, y sobre todo tu amor.
Todos los derechos de autor reservados ©
0 Comments:
Publicar un comentario