Pensamientos fragmentados
Atravesando una crisis personal, perdí mis escritos, pero con la ayuda de mis amigos que conservaban mis correos y notificaciones de actualizaciones del blog, recuperé muchos de ellos en fragmentos, como no puedo volver a escribirlos como estaban, los comparto de una manera diferente, escribiendo lo que pasaba o sentía cuando los escribí. Aquí van:
El inentendible final: cuando una relación sentimental de 6 años se termina.
Llevabas días sintiéndote sola al lado de él, ya no sabías ni quien eras, por estar viviendo bajo la sombra de él. Y un viernes sin esperarlo terminas mal la semana al llegar a su fin la relación con él. Después de muchos años estancada en una relación sin futuro te encuentras, vuelves a ti.
Espiral: cuando decido tomar un trabajo fuera de Medellín para tener un cambio.
Y volvimos al mismo punto, pero desde otra perspectiva, y es que han pasado tantos años, tantos momentos, donde nos conocimos nos hemos despedido, en el punto que todo comenzó, siento que hemos cerrado un ciclo. Llegamos a un punto en el que para seguir adelante y obtener otros resultados hay que pasar la página y dejarlo todo atrás, ya no pasa nada más, todos los días son iguales, dejamos de buscar, dejamos de luchar, nos dejamos en el mismo lugar. No hay nada más que hacer ni conocer, le damos vueltas a lo mismo una y otra vez, pero cada vez logramos aprender de lo que nos pasó.
Círculo externo: cuando conoces gente nueva y no entiendes que haces ahí.
Te preguntas que haces allí, los acabas de conocer, y te sientes como un agente externo que no sabe de qué están hablando, ni de quién, pones tu mente en blanco mientras ellos hablan, les asientes con la cabeza para que crean que estás prestando atención, no logras obtener un interés en su conversación, no te ves allí, extraña sensación que te alberga, por primera vez no sabes lo que quieres, no tienes muy claro lo que estás sintiendo, mientras pasa y estás ahí es como si volvieras a lo básico y nada más importara, te sientes libre, sin preocupaciones, y no mides ni el tiempo ni él.
Quiero volver a ser yo, de nuevo soy yo, quiero volver a mí: cuando Mateo Garay Méndez me escribió una obra maestra.
Me permito publicar un regalo que me hicieron. *SI ALGUNA VEZ ALGUIEN ESCRIBIÓ "FÜR ELISE" YO AHORA ESCRIBO "PARA CHARRY". Mateo Garay Méndez. *
En el efímero suspiro de una de nuestras típicas y monótonas conversaciones, yacen los ideales que algún día plante en tu ombligo, esperando que germinasen y dieran frutos. Tristemente para mí, las cosas en las que creía y a las cuales invertí tiempo y esfuerzos, se convirtieron en anhelos que solo fueron eso y nada más. Sola en el universo de personas que viven sus propias vidas, me siento sola como una gota de agua en el fondo del mar.
Aventura imprevista: cuando tengo una cita a ciegas con el grupo de sus amigos.
Te aventuras sin conocer, tienes curiosidad de quién es ese personaje que tanto te mencionaron, no tienes nada más que hacer, te aventuras como siempre, te arriesgas a lo desconocido. Llegas a un nuevo círculo, aquel personaje no llama tu atención, pero sigues en la aventura, la noche es joven y prometedora, no tienes nada más que hacer, te aventuras como siempre, te arriesgas a lo desconocido. Tertulia, humo, tinto, cerveza, banalidades, concierto de solista y guitarra, concierto de punk, personajes inéditos, vacíos y también profundos, logras ver, escuchar y recorrer tanto esa noche.
Modo Hermético: cuando un hombre con el que salía se cerró para mí.
De un momento a otro te volviste inaccesible, hermético, Te pusiste un escudo para mí, y no me permitiste acercarme, más sin embargo no voy a decir que no merezco esto, porque es probable si, tal vez es por aquellos otros intentos en los que yo simplemente me alejé, sin decir nada, con excusas vacías. Hagamos un trato: permíteme entrar, permíteme ahogarme o aprender a nadar contigo, simplemente no me dejes en la ventana, como sonámbula sin saber si despertar en mi salvación o es mi perdición. Permíteme sostenerte, estoy dispuesta a contemplarte, permíteme llevarte hay suficiente espacio para los dos, déjame sostenerte, me podrías ver todas las noches.
Regresiones: cuando recorro Carlos E. Restrepo luego de tantos años de estar ausente.
Hay cosas que nunca cambian, vuelves a estar en el mismo lugar con las mismas personas, deshaciendo pasos, recordando, repasando, retomando, o simplemente volviendo a transitar por donde realmente perteneces. Esa sensación que extrañabas, esa chispa, esa emoción, las mismas aventuras otra vez, vuelves a ver a algunos que en su momento te acompañaron en alguna etapa de tu vida y que aun así siguen allí esperándote para acogerte otra vez con las mismas ganas de siempre, y que cuando te abrazan los vuelves a sentir tan cerca como antes. Vuelves a alegrarte por poder tomar el camino que alguna vez recorrí.
La travesía soñada: cuando viaje a Bahía Solano a ver ballenas jorobadas.
La experiencia más bonita e importante, la conexión más fuerte, es solo entre el mar y yo, esa energía desbordante y renovadora, estaba en el lugar correcto estaba en un paraíso. El tiempo, no es el tiempo que pasa, sino el espacio que deja dentro de nosotros. Por eso hay momentos eternos. Esos momentos son los que nos hacen grandes. Esta es una travesía planeada por años, creo que desde que tengo uso de razón y desde que solo pensaba, investigaba, dibujaba sobre ballenas. El sueño más puro y transparente que he tenido es conocerlas, sentirlas cerca, verlas, escucharlas, respirar el mismo aire.
Otro intento: cuando intenté salir con un ex.
Es otro día como cualquiera, ningún plan en especial, nada que hacer, nada que ver, y te preparas para algo que postergas y postergas sin ninguna razón, o tal vez por los otros intentos fallidos en el que te has rendido tan fácil, cualquier cosa te molesta, buscas la mínima excusa para no continuar, o no llena tus expectativas momentáneas ni a futuro, además, esas otras veces has estado en lugares diferentes, tu ritmo de vida era tan disparejo que no cualquiera aguantaría dicho contexto, pero ahora ya no quieres más juegos, quieres tomar las cosas con más calma y sensatez.
Noche de asombro parte 3: La Despedida. Cuando viajé a Cuba sola en 2012.
La Habana, Cuba 14 de mayo de 2012 Amigo, amante, amor mío: ¡Hola! Estoy en mi último día en la Habana rodeada de amor en cada esquina en cada café en cada plaza en cada habano en cada ron. Anoche tuve el placer de ver el espectáculo de buena vista social club, los boleros, la salsa, los grupos y las parejas de personas disfrutando del show, mientras que yo estaba sola en la barra, y en ese momento me di cuenta que ese momento y otros más que había vivido desde que tomé el avión para viajar sola, me hubiese gustado compartirlos contigo. No sabes cuánto me alegro volverte a ver.
El olor de la Revolución: cuando viajé a Cuba sola en 2012.
Cuba no huele a ron ni a carro viejo, Cuba huele a revolución, solo piensan en eso, solo se habla de eso en la calle, en cada conversación, en la radio y en la televisión, en todas las vallas esta la revolución. La revolución es imponer y privar a las personas de sus verdaderos sueños y aspiraciones, a eso huele Cuba mi querida amiga. En la noche huele a infinidad de cosas depende de donde estés, si estas en el centro huele a alcantarilla, y a pobreza sedienta de otras condiciones de vida, de vivir en otro sitio, de vivir sus vidas, no las vidas que les asignaron. Si estas en el mar.
Amiga del alma: cuando viaje a Cuba sola en 2012.
Llegué a la sala de espera para abordar el vuelo a Panamá, estoy tan tranquila que da susto, pero más que susto es una expectativa por lo desconocido, ya he estado donde voy a llegar, más sin embargo siento que es otra persona la que va a volver. Acabo de ver a tres amigas sentarse, y me acorde de ti, y de tus palabras, que ojalá algún día nuestros caminos vuelvan a cruzarse y viajar juntas, al verlas me recordó lo mucho que te aprecio, lo mucho que te extraño, y lo mucho que deseo que donde estés, estés donde quieres, con quien quieres, haciendo lo que más te gusta, y construyendo.
Y te soñé: cuando extrañé a un amor volátil e imposible.
Anoche tuve un sueño, que recuerdo como si fuera real, quiero que sea real, tú estabas en él, nos encontramos en una calle llena de gente, tenía el andén muy alto, y estaba empedrada, era medio día, y me acababa de tomar un café ahumado, me detuve un rato a mirar a mi alrededor antes de cruzar la calle, y me percaté que no tenía nada más que hacer ese día, llevaba el cabello negro y suelto, brillaba con el sol, y mis ojos al verte se exaltaron, tú te abalanzaste a mí para abrazarme, y no me soltaste nunca más, yo te abrace igual o más fuerte aún, con mis brazos y mis piernas, sujetaron tu cuerpo.
Noche de asombro, parte 1. Cuando un amor perdido me visitó.
En una noche cálida de abril te acuestas sin creerlo, solo piensas en que debiste quedarte un rato más, debiste visitar más lugares, debiste decir muchas cosas más, ¿pero para qué?, solo había que disfrutar el momento, ese momento que fue como un regalo pendiente de la vida que no esperabas ya. Al otro día te levantas con ganas de nada, dolorosamente sientes un mareo de amor, lo más duro de querer a alguien intensamente por años es tener que dejarlo ir, te das cuenta que tienen y tendrán vidas separadas. Días extraños, sombras como recuerdos de quienes llegan y pellizcan un pedazo de tu alma.
Noche de asombro, parte 2. Cuando un amor perdido me visitó.
Te preparas para salir, arreglándote hasta el último detalle, quieres sorprenderlo, y que te viera como nunca te había visto. Lo esperas en una banca a las afueras del sitio de encuentro, buscándolo en cada esquina, cada vez que alguien iba a cruzar la calle; tratabas de distraerte con cualquier cosa que tenías dentro del bolso como para que el tiempo pasara más rápido. Hasta que llegó con saco y corbata, como nunca lo llegaste a ver ni siquiera en fotos, tal vez en montajes. Él sin verte sacó su celular tal vez para llamarte, pero le dijiste sonriendo “Aquí estoy”. Como si los años no hubiesen pasado.
Seguir huyendo: Cuando intentas rehacer tu vida y no puedes.
No puedo huir cada vez que se complican las cosas, he pasado por tanto, he pasado por peores instantes, que no puedo huir en este momento. No puedo huir ahora que he logrado tanto, que he llegado a donde quería y que falta tanto por aprender y recorrer. Así no te tenga, no puedo seguir huyendo, así no pueda compartirlo contigo. No puedo seguir huyendo cada vez que los demás pretendan opacarme porque soy capaz de destacarme, no puedo seguir huyendo para tener que volver a empezar, no puedo seguir huyendo para tener que volver a reinventarme, no puedo seguir huyendo y perderme en el tiempo.
Caramelo inesperado 22 de marzo de 2012 17:49: Cuando un amor perdido me visitó.
Y después de 2 años por la misma época volviste como un regalo inesperadamente, creo que tenías en mente otra cosa, no esperabas que no pasara nada entre los dos, sentí que querías algo más, sentí que querías que fuera como antes disponible y dispuesta para ti, aunque de alguna manera lo fue, pasamos medio día juntos hablando, recorriendo lugares y en búsqueda de algo tuyo, estuve disponible y dispuesta para ti de otra manera.
Pero es que ahora por más que aún sueñe contigo, por más que aún desee estar contigo no quiero volverme a sentir así, así como antes que sabía de antemano que te iba a extrañar cuando te fueras sabiendo que posiblemente nunca más volviera a tenerte de la manera que quiero. Por eso no pasó nada, por eso pasamos medio día juntos hablando, recorriendo lugares y en búsqueda de algo tuyo, en búsqueda de algo mío que no he encontrado y sé que no lo voy a encontrar al lado tuyo, y sé que no lo voy a encontrar estando disponible y dispuesta para ti de esa manera.
Epístola del autor BAR: Cuando BAR me escribe una obra maestra.
Me permito publicar esta epístola en mi blog de un gran filósofo, escritor, basquetbolista y amigo caleño. Respetuoso y especial saludo para todos ustedes, existen momentos en la vida en que después de mucho recorrerla y tomar los diversos caminos que ella nos pone a escoger, cuando menos nos damos cuenta nos encontramos navegando en los límites de los abismos más profundos de nuestras vidas; donde la soledad, la tristeza, el desinterés, la falta de motivaciones; en fin, una interminable cadena de cosas poco estimulantes de mi vida, nos llevan a un punto de no retorno. Cuando nos...
Modo barrera: cuando pones un escudo para que no te lastimen más.
Simplemente hay situaciones y personas que de las cuales ni siquiera vale la pena escribir o perder energías o tiempo, pero en esta ocasión te encontraste con lo impensable, los imposibles si pueden ocurrir, pero tienes tan claro que quieres y hacia dónde dirigirte, que en todo tu universo que reconstruiste, que te esforzaste por mejorar no puedes dar cabida a una persona así, tantos eventos inesperados ocurridos últimamente, hacen ponerte alerta, debías prestarle mucha atención a como ibas a actuar si querías obtener resultados, ya que otras veces nada te había funcionado, debías...
Inconcluso telefónico: Epístola para cerrar un ciclo.
Ahora no tuvimos la oportunidad de conversar muy bien del asunto, creo que no era ni el momento ni el lugar para ninguno de los dos hacerlo, pero quiero que sepas lo que realmente pienso de nuestra situación. La vida es de riesgos claro que sí, pero también se trata de conocer y conseguir lo que uno quiere disfrutando de lo que se tiene, y yo tengo perfectamente claro que quiero en la vida y lo que tengo. Sinceramente después de todo lo que vivimos a mí solo me quedan incertidumbres, yo no voy a arriesgar mi tranquilidad y seguridad otra vez en una situación efímera.
Pretendiendo y encontrando, renaciendo: cuando te busco y no te encuentro.
A todas partes que voy te busco, cada que salgo a cualquier lugar imagino que te encuentro, elaboro conversaciones ficticias en mi mente y visualizo que nos vemos. No importa cómo, no importa cuando, solo deseo tenerte al frente y saber que eres tú para no dejarte ir, ¿eso no es lo suficiente o hay desearlo demasiado como para que ocurra? Cada vez que me levanto pienso en ti, imagino que me llamas a preguntarme como amanecí y sonrió al saber que estas al otro lado del teléfono, cuando necesito consuelo imagino que puedo llamarte, desahogarme y contar contigo, cuando llegará el día en que te encuentre.
Después de todo: cuando nada cambia.
A veces quieres tanto algo que de pronto en el fondo sabes que no es para ti que no te sientes capaz de dejarlo, terminas por bajar la cabeza secarte las lágrimas y simplemente seguir, después de intentarlo todo. “Locura: hacer lo mismo y esperar algo diferente”, pero no hice lo mismo de siempre, crucé caminos que creí nunca cruzarlos, exploré posibilidades que siempre critiqué o di la espalda, proporcioné espacios, puentes...pero las cosas siguen igual.
Perdida después de: cuando te estrellas de nuevo.
Perdí la perspectiva, nunca la he tenido, o por lo menos alguna realmente mía, en la que no involucre una persona que no me incluye en su vida, en sus planes... Estoy en la banca como algún conocido escribió alguna vez, observando como todos avanzan, como tú avanzas y yo me quedo atrás. Soy capaz de darle estabilidad a otra persona, pero no a mí misma...y es eso tal vez lo que haga que no tenga un proyecto de vida definido...que no haga planes a largo plazo porque no tengo la estabilidad y los recursos propios que quisiera. Antes todos mis planes los quería hacer contigo, veía un futuro.
Hoy extraño, hoy te extraño: cuando no paras de extrañarlo.
Y más que extrañarte a ti extraño las sensaciones, el contacto, las mariposas, los suspiros, las ansias de sentir, quiero sentirlo cerca, su respiración en mi oído, el escalofrío que me produce, extraño las excusas, lo impredecible de las acciones que deseas que pasen, extraño, recuerdo como era, y que ahora no es, que ahora ya no está, extraño el temblor, los nervios, las palpitaciones, extraño lo epifánico de lo que pasábamos, aunque solo por momentos, sólo por momentos en una secuencia sin rumbo.
Recuerda como era: cuando le haces sentir como sería la vida sin mí.
Recuerda cómo te hacía sentir, recuerda quien te decía que dirección tomar, quien acariciaba tu oreja, quien hablaba sin parar o guardaba silencio, quien te acompañaba donde desearas, quien te decía un montón de cursilerías espontáneamente o no, quien se alegraba al llegar el día en que te puede ver y ser suyo por unas horitas, quien te ponía mensajes en el celular y al email, muchos en períodos de tiempo corto, y ninguno en otros períodos de tiempo para dejarte descansar, pues ese alguien puede ser intenso. Quien siente maripositas en el estómago cada vez que te ve, que espera tu llamada.
Deja: cuando te rindes.
No hay que luchar, no hay que pelear, no hay que oponerse ante lo inevitable, siempre llegará el algo que pedimos de muchas maneras para que lo tomemos. Y si luchamos, y si peleamos, y si nos oponemos, nos estamos perdiendo y negando la posibilidad de conseguir lo que inconscientemente deseamos que es de lo que conscientemente nos apartamos.
¿Cuándo y por qué buscar algo que no se te ha “perdido” ?: cuando quieres entender lo inevitable.
Nos atraen tantas cosas, tantas figuras, tantas personalidades, tantas situaciones que encontrarlas y compartirlas con una sola persona es quimérico, pues todos somos diferentes en la superficie, pero en el fondo somos los mismos, y solo queremos y nos importa una cosa: nosotros mismos. Constantemente queremos más, somos unos inquietos incesables y al presentarse una oportunidad de algo que no hemos intentado, nos atrae mucho la posibilidad de asecharlo, y de conocer lo que podemos obtener, y es tan fácil, pues el que busca encuentra, sea lo que sea estaba buscando, algo que no te esperabas.
Todos los derechos de autor reservados ©
0 Comments:
Publicar un comentario