Enseñanzas caninas
Pasaba por una pérdida de un ser querido cuando decidía tener un perrito, estaba dolida, con un vacío por llenar, también había decidido dejar de trabajar por un tiempo mientras despejaba mi mente y mi cuerpo de años de estrés y agotamiento.
Inicialmente intenté la adopción en varias ocasiones, pero el proceso no resultó (ver el escrito: lo difícil de adoptar un perrito).
No sabía nada de perritos, solo sabía que ambas nos íbamos a acompañar en una de las aventuras más importantes para una persona y para una perrita, formar un vínculo y un hogar.
Blanquita llegó a nuestras vidas muy pequeña y enferma, nuca supimos de dónde provino, pero por las condiciones que la entregaron era más joven de lo que nos habían dicho: la destetaron y fue entregada, por lo que no compartió con su mamá y hermanos el tiempo que necesitaba, y yo no sabía ni comprendía la importancia de eso, solo me dediqué a cuidarla, protegerla y que mejorara.
Pasamos noches en vela durante 4 meses limpiando vómitos, popó y pipí, por lo menos cada hora, además suministrando medicamentos, por eso es que Blanquita desarrolló ciertos comportamientos indeseables que me costaron mucho manejar y aprender a controlar.
En la búsqueda de soluciones intenté varias técnicas de adiestramiento, educación y otras actividades físicas y lúdicas como el Agility, y la guardería, que nos enseñaran a ambas a convivir, además estaba el asunto de su salud, íbamos al veterinario frecuentemente para atender sus enfermedades, pasamos por un par de veterinarios que trataban sus síntomas pero no la raíz del problema, todo eso me hacía mimarla más, protegerla más y que ella en parte se sintiese sofocada por eso, más sin embargo después de varias ecografías en un mismo mes, mejor la llevé a un especialista, y a la final encontré un veterinario que trató el problema de raíz y Blanquita mejoró notablemente, tanto que pudimos ir de vacaciones con ella en tratamiento y nos fue muy bien.
Siguiendo con el plan de adiestramiento y educación, logré muchos resultados, que tomaron su tiempo, me di cuenta que no existe una sola técnica para un problema, y que gran parte de la solución era yo misma, y con solo mi cambio de actitud ante muchas situaciones que en su momento eran indeseables, simplemente con mostrarme ante ella segura, con autoridad, dejarla ser perrita, soltarla más y darle sus espacios, muchos comportamientos comenzaron a desaparecer o dejarme de molestar. En paralelo al adiestramiento canino, hice un "adiestramiento propio" por así llamarlo y he logrado un cambio en ambas, un vínculo mucho más fuerte y sano.
Esta aventura no ha sido fácil, y aun así Anina llegó a nuestras vidas, sabíamos de dónde venía, conocimos al papá y la mamá, y la seguimos desde la barriga de su mamá, fue un proceso muy bonito, verla crecer, nacer, compartir con sus hermanas, su mamá y su papá, y que pudo aprender lo que a Blanquita le faltó, tener 2 perritas iba a ser un desafío teniendo en cuenta que Blanquita es dominante y territorial. Aunque por imitación Anina aprendió muchas cosas indeseables de Blanquita, tuve que seguir trabajando con ambas, y el temperamento maravilloso de Anina ayudó mucho, es muy obediente y se deja enseñar muy fácil, si Blanquita la perrita alfa la regaña ella lo aceptaba y no lo transmitía de mala manera, solo con dulzura y juego. Anina nos enseñó a no aburrirnos por nada, y a no dejar de intentar e insistir en corregir un comportamiento indeseado, le enseñó a Blanquita a dejar el hiperapego hacia mí y a tener su propio espacio para cada momento: comer, dormir, jugar, descansar, mirar por la ventana, o simplemente estar, juntas o separadas. Anina por llegar tan sana y tan enseñada a tantas situaciones no ha requerido mucha atención veterinaria como Blanquita, y eso ha sido un gran alivio, pues una perrita sana es una perrita feliz, sin malestares ni dolor, y eso se ve reflejado en el comportamiento.
La adaptación de ambas en la casa duró 2 meses, mientras Blanquita le permitía a Anina el acercamiento a sus espacios, juguetes, incluso a mí, ahora juegan juntas, duermen juntas y comparten todo su espacio sin ninguna restricción, Anina en ese proceso fue muy manejable y adaptable a su dominancia, lo único que no se pudo lograr hasta el momento es hacer sus necesidades en la misma habitación: en el Garden Box. Son muy cercanas y si alguna no está por la ida al veterinario o alguna otra circunstancia, se extrañan, y cuando se vuelven a ver es una fiesta de abrazos y juegos entre ellas. Y Blanquita le enseñó a Anina cómo funciona la casa, los horarios de dormir de alimentación, donde descansar o jugar, como tener mi atención, qué hacer para ganar premios, cuidar la puerta, las ventanas, donde es más fresco estar, donde tomar el sol, le enseñó cómo ser su hermana.
Ahora que están en casa permanentemente, y que he aprendido muchas cosas para que su vida sea más placentera y sana, me dedico a prepararles sus alimentos y snacks con ingredientes saludables y de la mejor calidad, así comen con gusto, comen menús variados y para mí es un placer hacerlo, me satisface verlas comer con ganas y felices, controlando su peso para que tengan una vida más larga y sin afecciones médicas.
Cada persona que me ayudó en este proceso me aportó alguna solución que funcionó, he llegado a un punto en que un conjunto de recomendaciones a lo largo de 2 años y medio (no sé si es mucho tiempo o no en un proceso como este) lograron funcionar para nosotras, teniendo en cuenta que la educación nunca termina, y que estamos en un punto de equilibrio, que son más los logros que las cosas por trabajar, cada decisión que tomé fue para tener una convivencia saludable con mis perritas en todos los aspectos: de cuerpo y mente, pues así como yo me cuido las cuido a ellas con todo mi amor y dedicación.
Tener a Blanquita y a Anina me ha dado un sentido de propósito, me ha enseñado a levantarme por ellas: a alimentarlas, a pasearlas, a tener una rutina, una disciplina con sus actividades, a ser consistente con las correcciones, a leer e investigar acerca de sus cuidados, sus necesidades, sus juguetes, sus alimentos y snacks, me han enseñado a ser mejor persona para darles seguridad y tranquilidad, así tenga mucho sueño, o esté muy cansada, me han enseñado que el amor es aceptación y empeño, y que somos una familia con ellas.
Todos los derechos de autor reservados ©
9 Comments:
Publicar un comentario