Sin saber cómo...
Cuando andas por caminos deteriorados
por más fuerte que te sientas
puedes caerte,
sin saber cómo
tus pies pueden enredarse
y caerte.
Por más cuidadoso que seas,
sin saber cómo
tú cuerpo puede desequilibrarse
y caerte.
Por más atento que estés
al camino que andas,
puedes dar un mal paso
y caerte.
La caída puede lastimarte,
causarte un dolor intenso al principio,
sacudirte
aporrearte
hacerte gritar
enojarte con el alrededor;
pero puedes levantarte
y el enojo te impulsa a seguir
a buscar una salida;
lo que fue un obstáculo
se convierte en una oportunidad
para aprender una lección que necesitabas
y quizás no sabías.
Al pasar el enojo
tomas un aliento,
te levantas
encuentras soluciones
y apoyo en esas personas
que nunca te dejan sola
ni cuando te caes,
para continuar juntas.
La fotografía pertenece al autor
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