Inicie la búsqueda  de adopción  de un perrito  luego de meditarlo  y pensarlo mucho, me tomó  meses tomar  la decisión de manera responsable  y razonable sin ser un capricho  o un impulso repentino,  fue un proceso en el cual mi pareja  y yo decidimos  que era una buena manera de ayudar al animalito y a la vez ayudarme a mí, nos haríamos  compañía,  nos brindaríamos cariño y tendría  una ocupación  y motivación  todos los días, estableciendo rutinas que pueden ser un beneficio para el cuerpo y la mente tanto  del animalito  que ha pasado por tantas  cosas como para mí que a la vez tengo  tanto para darle a un perrito: cariño,  tiempo,  disponibilidad,  techo, comida, paseos, y cuidados, opté  por la adopción  y no por la compra porque mi deseo era rescatar a un perrito, sabiendo que es probable que el perrito  me termine rescatando a mí. 

Sin embargo, a pesar de comenzar el proceso con mucho entusiasmo y luego de visitar un par de albergues me encontré con varias dificultades que me frustraron a tal punto de desistir, no quiero volver a exponerme emocionalmente a un proceso que es largo y con tantas barreras para los adoptantes, concluyo que sus criterios no son suficientes y eficaces para verificar los requisitos que les ponen a los adoptantes, unos pecan por exceso y otros por defecto. A través  de una reja no puedes establecer  una conexión, tocarlo, olerlo, compartir un momento  y saber si ambos son el uno para el otro, es muy desmotivante que el entusiasmo lo confundan con intensidad, y que con solo una conversación y un cuestionario de si o no concluyan  que el adoptante no es apto, en un proceso de adopción  se generan sentimientos,  expectativas y conexiones  con los animalitos que al adoptante  le puede afectar tanto como al perrito,  pareciera  que en estos albergues  no los quisieran entregar y se llenaran de excusas vacías  y vagas para negarlo. 

Era un riesgo aventurarme a que unos  desconocidos se tomaran tantos atrevimientos unos con fundamento otros porque así  a ellos les parece, y me parece admirable que alguien los rescate y los críe, pero la falta  de disposición, la falta de verificación de la información suministrada, la arrogancia y la desconfianza ante una pareja que lo tiene todo para darle a un animalito me dejó  sin ganas de seguir, me desanimó, así  como ellos encuentran excusas para negar una adopción sin conocer realmente  a los adoptantes, la mía  es que a pesar que mi búsqueda  no estaba limitada a una raza, sexo, edad, o tamaño y aun así  me encontré con su rechazo, tantas barreras y juzgamientos no merecen mi disposición, se les olvida que la cuestión aquí es rescatar perros, y eso es un riesgo  alto para mí, tener que exponerme a los disgustos, las angustias de un proceso tan incierto como lo es el futuro  de los perritos abandonados, no logro  entender tanto impedimento. 

Le he dado vueltas en mi cabeza a esta forma de actuar por parte de los rescatistas y no logro comprender el porqué de esa conducta, no consigo una explicación lógica, asimismo no quiero generalizar a todas las personas que se dedican a esta labor tan encomiable, pero estamos hablando del futuro y bienestar de un animal que seguro estará mejor adoptado que en una jaula o en un terrenito del refugio. En las visitas noté que hay perritos que llevan años allí esperando ser adoptados, incluso algunas personas con las que he compartido esta experiencia manifiestan: " Que raro que no esté todavía adoptado, con tantos perritos en los albergues y en las calles necesitando un hogar" y sí, es muy extraño porque podían estar adoptado, a buenos entendedores...

En fin, creo que debo dejar este tema hasta aquí y pensar que solo ha sido una mala experiencia, muy frustrante, pero al fin y al cabo una mala experiencia. Pienso que es importante que lo pueda compartir para intentar al menos corregir esta relación entre adoptante de buena fe (insisto en ello) y las personas de los refugios, porque creo que esto tampoco los beneficia, ya que como siempre, pagarán los perritos abandonados.

Cuando me reponga de esta experiencia y decida que vale la pena pasar por este proceso nuevamente a pesar de frustrante que puede ser lo volveré a intentar, hasta entonces celebraré la culminación de un año más al lado de mi familia y amigos y construiré nuevos planes para el año que viene.