Flotando




Cuando cambias de velocidad  
cierras los ojos y respiras despacio:    
inhalas tranquilidad  
y exhalas angustias,  
sientes y eres consciente de tus movimientos   
que ahora son armoniosos,  
a un ritmo que te devuelve a un estado   
que llevabas buscando toda tu vida:    
un estado alfa.   

Merece la pena vivir  
estoy flotando.  

Cuando encuentras el momento adecuado   
para hacer las pequeñas cosas  
te das cuenta que te enredabas,  
te complicabas tanto,  
y ahora te está gustando lo que estás haciendo y mirando:  
la simplicidad.  

Merece la pena este nuevo ritmo.  



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