Es insoportable la sensación cuando te habla y te mira con desdén, minimiza tu trabajo, y critica constantemente sin aportar alguna solución, solo llevado de su parecer, solo sus ideas sirven, es realmente frustrante cuando alguien tiene que recurrir a la intimidación para que el resto de las personas le hagan caso, es muy probable que esta persona carezca de recursos o argumentos para conseguirlo de otra manera menos agresiva, de esa manera no va a conseguir ni más eficacia ni más eficiencia.
Muchos logran aguantarlo o tal vez ignorarlo pero en el fondo nos gustaría ser tratados mejor, sin que ataquen nuestra dignidad y ser reconocidos con palabras amables nuestro esfuerzo por poner a marchar las funciones que nos han encomendado, más sin embargo siempre hay dificultades que son afrontables en la medida que logramos cambiar nuestra actitud y nos proponemos a cumplir las metas, pero cuando te toca fingir una sonrisa, aparentar amabilidad, dar respuestas complacientes o ceder siempre la razón para no indisponer a un superior tóxico, y la constante presión en nimiedades pueden aburrir a cualquier persona por más paciente que sea.
Te dedicas a apagar incendios y menos a poner en orden, planificar y ejecutar un plan de trabajo consistente a las reales necesidades, terminando quemado.
Este superior tóxico vive descargándose con los demás, sus frustraciones las transmite de la manera más irrespetuosa, su grosería, sus desafiantes ojos, sus gritos paralizan al otro sin tener la oportunidad de defenderse, sus gritos desmotivan al que los reciben y a los que lo perciben, y por más poderoso que se sienta gritándole a los demás eso no lo hace más superior a nadie, ni mejor persona, simplemente no sabe controlarse, no sabe comunicarse asertivamente y se esconde detrás de un poder autoasignado, más no merecido, una persona que orienta a un grupo debe de tener ciertas cualidades de equilibrio, humanidad e inteligencia emocional, y cualquier persona merece ser tratada con respeto así haya cometido un error, mediante un acercamiento sin humillaciones, y sin gritos para hacer hincapié en una falla puede construir soluciones, mejoras de procesos y puentes de comunicación en el que todos se sientan respetados.
Tal vez me dominó el impulso y no me conformé con menos, más bien me alejé de ese ambiente pesado que no estaba haciéndole nada bien a mi bienestar personal ni profesional, me dejé afectar a tal punto de indisponerme y desmotivarme, pero ante todo no puedo permitirle que me siguiera tratando como le pareciera. Puede ser muy cobarde de mi parte hacerme a un lado, emprender la huida, pero era necesario para sentirme tranquila y sin esa constante influencia tóxica que podría afectar mi desempeño y aumentar mi ausentismo por enfermedades psicosomáticas.
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