Mi desesperación se notaba,
se olía y se sentía,
te buscaba en lugares equivocados
y de maneras riesgosas;
mi vulnerabilidad fue aprovechada
por algunos astutos
que succionaron mi esencia y mi brillo,
hasta dejarme vacía
y sin confianza para encontrarte de verdad.
Sin ganas ni esperanza
seguí adelante como un ente,
hacía las cosas por hacerlas,
vivía por vivir,
caminaba sin rumbo,
me caía hasta sangrar
y no me importaba,
me ponía al borde del abismo
sin consideración alguna.
Y así me fui perdiendo y apagando,
hasta que ese día caluroso sin esperarte
apareciste entre el valle y el humo,
sin notarme demasiado,
yo me paralicé incrédula.
Para luego lanzarme hacia ti
y nunca más sentirme vacía.
Todos los derechos de autor reservados ©
Hermoso, simplemente hermoso, un abrazo mi querida Carolina. Vicky.
ResponderEliminarHer gracias por leerme y apoyarme siempre
EliminarTe agradezco Vicky por leerme y apoyarme siempre, desde el alma se siente y se escribe; el domingo habrá otra publicación, te invito a leerla.
ResponderEliminarHace mucho no te leía y no recordaba lo bello y profundo que escribe mi her
ResponderEliminar