Si,
esto tiene que parar,
ya no puedo obligarme a vivir
una vida que no quiero;
me dije mientras observaba
a los demás discutir en una reunión
por absurdas apariencias
para mantener un papel,
un certificado.
Sentía que llevaba el peso del mundo
sobre mis hombros,
la presión por la perfección
en un momento imperfecto
te llena de dudas sobre tus capacidades;
si te repiten una y otra vez
por suficiente tiempo
que no sirves para esto
a la final terminas creyéndotelo.
Te crees realmente que no sirves para esto,
por más que te esfuerces no es suficiente,
y pierdes la motivación que por años tuviste
tu cuerpo y tu mente necesitan un descanso
una renovación de camino.
Simplemente lo haces
cuando llega ese momento;
dejas todo atrás para concentrarte en ti,
en tu salud física y mental,
en tus proyectos,
en tu familia,
en retomar pasiones guardadas
en un cajón por falta de tiempo,
en disfrutar de detalles que te llenan
el pecho sin presiones ni frustraciones.
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